Son las 4:11 de la madrugada, hace
aproximadamente seis horas y cuatro minutos
decidí que era momento de descansar, sin embargo algo me lo impide y me he pasado la noche viendo
videos en YouTube y visitando
Leondres. Utilicé mi celular para jugar un poco de
Super Mario
Bros. y fui al baño.
Tristemente esta es una entrada vaga y sin sentido. En menos de tres horas mi día comenzará y yo no habré dormido ni un poco. se me presentarán algunos retos escolares y personales y no tendré energía para hacerles frente.
Escucho los sonidos de la noche, los sonidos furtivos que corresponden al alma de las cosas: el ventilador de mi CPU, unos pasos en el piso de arriba, mis dedos sobre las teclas del teclado, uno que otro sonido sin sentido, todos ellos apenas perceptibles durante el día y en estas horas son los que llenan la habitación.
Podría dar un sermón, podría dibujar, podría jugar, podría llorar sin razón, incluso podría tratar de dormir, pero lo cierto es que los sonidos de la noche me han embriagado de repulsión hacia la simplicidad del descanso.
Recostado sobre mi cama con la mirada dirigida hacia la pantalla imagino mi día y espero no tener problema a causa del insomnio. Leche tibia tal vez solucionaría ese problema, pero entonces, qué sentido tendría la melancolía de una noche solitaria y silenciosa.
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"No existe sobra en la noche que pueda ocultar los horrores del corazón"